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El uso de la Inteligencia Artificial en las Empresas

El uso de la inteligencia artificial en las empresas ha revolucionado la manera en que operan y toman decisiones.

Implementar inteligencia artificial permite automatizar tareas repetitivas, mejorar la eficiencia y reducir costos. Por ejemplo, en el sector de atención al cliente, los chatbots pueden responder preguntas comunes de manera rápida y precisa, liberando tiempo para que los empleados se enfoquen en problemas más complejos.

Además, la inteligencia artificial ayuda en la toma de decisiones basada en datos. Algoritmos avanzados analizan grandes volúmenes de información para identificar patrones y tendencias, lo que facilita la planificación estratégica y la previsión de mercado.

En la industria tiene potencialmente muchas utilidades, por ejemplo, en la optimización de la cadena de suministro y producción, reduciendo desperdicios y mejorando la calidad del producto.

Además, nos puede ayudar a escribir un artículo como este.

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Cómo utilizar las redes sociales en el proceso de búsqueda de empleo

Las redes sociales permiten establecer lo que se conoce como marca social: identificar oportunidades de trabajo y aumentar las probabilidades de conseguir un empleo.
Mediante las redes sociales se puede aumentar la visibilidad del perfil profesional y ser visto por muchas más personas. Permite exponer tus habilidades y tu experiencia al público y ofrecen oportunidades de conectar en línea con profesionales de todo tipo de sectores.

Encontrar empleo usando las redes sociales

LinkedIn

Si estás buscando activamente un trabajo, es esencial que tengas actualizado tu perfil de LinkedIn.
LinkedIn no reemplaza a tu CV, pero sí que se ha convertido en un elemento muy útil, si no esencial, para complementarlo. Los reclutadores que reciben tu CV por otras vías verificarán si también estás en LinkedIn.

Twitter

Twitter es una plataforma pública para que las personas puedan publicar e intercambiar mensajes cortos.
Las empresas lo utilizan para promover sus servicios, sus experiencias y para atraer a los usuarios a visitar algún sitio web. Al usar Twitter en la búsqueda de trabajo y al configurar tu biografía con un enfoque profesional, puedes atraer la atención de los reclutadores y de otros profesionales de tu sector.
Para que tu perfil en Twitter funcione y te permita encontrar empleo debes incluir una foto de aspecto profesional, una biografía adecuada y un enlace a tu CV, perfil de LinkedIn o sitio web.

Facebook o Instagram
Estas masivas redes sociales te permiten crear un perfil personal y profesionalizarlo de forma coherente y, aunque se consideran  redes informales, es cada vez más utilizado por las organizaciones con fines profesionales.
Muchas empresas lo utilizan para comunicarse con sus colaboradores, con los clientes y el público en general, a veces para obtener comentarios y opiniones. Algunas empresas también lo están utilizando para reclutar y examinar a posibles candidatos. En Facebook las fronteras entre lo personal y lo profesional pueden ser muy borrosas, así que asegúrate qué información pueden ver de forma pública otras personas.


Desde una perspectiva de carrera, estas redes pueden ser muy útiles para pedir a tus contactos personales información y ayuda en tu búsqueda de empleo o también para encontrar información sobre temas profesionales, tanto de personas como de empresas.

Como puedes ver, las redes sociales son los epicentros actuales de lo que sucede en materia laboral y de selección. No pierdas la oportunidad de estar presente y aumentar tus posibilidades en un mercado laboral tan dinámico. Además, brinda una imagen profesional y coherente con tus objetivos en todas y cada una de las redes.


Autores del artículo:
Pedro Rojas  & María Redondo (expertos en estrategia digital.)

Fuente:
https://orientacion-laboral.infojobs.net/utilizar-rrss-busqueda-empleo

 *Hemos realizado pequeñas adaptaciones al artículo.

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10 cosas que un líder no debe hacer

¿Estás al frente de un equipo? Tienes una gran responsabilidad por delante. Como líder, hay algunas actitudes que deberías evitar si no quieres crear un equipo de trabajo conflictivo, fragmentado o poco motivado.

Toma nota:

1. Fomentar la división entre sus empleados

Tu rol como jefe es, además de dirigir, fomentar la cooperación y el trabajo en conjunto. Así que olvídate de excluir a algunos miembros de tu equipo. Todo, hasta lo más “bobo”, cuenta: si saldrán a comer, invita a todos; si rifarán algo en equipo, considera a todos. ¡Es algo básico, pero sumamente importante!

2. Participar en chismes (o peor aún, generarlos)

Involucrarte en rumores de pasillo es de las peores cosas que puedes hacer en el trabajo. Si eres jefe de un equipo, mucho peor: lo único que haces es fomentar que tus empleados hagan lo mismo, y crear un ambiente de trabajo tenso. Mantente alejado de las críticas y los chismes y actúa como el líder que eres.

3. No reconocer el trabajo de su equipo

Es cierto, los líderes son los responsables últimos de que las cosas salgan bien… Pero los empleados son quienes hacen que las cosas sucedan. Si tu equipo entregó buenos resultados, reconócelos y asegúrate de que los demás lo sepan. No hay nada más desalentador que un jefe que se adjudica todos los méritos.

4. Mostrar preferencia por algún empleado

Quizá valores mucho el trabajo de algún empleado dedicado, o haya otro que te haga reír a carcajadas. O quizá uno de ellos sea un buen amigo. Sin embargo, existe una regla de oro: en la oficina, todos deben ser tratados por igual. Lo único que conseguirás al mostrar tu preferencia por alguien será desmotivar al resto de tus empleados.

5. Criticar el trabajo de otros jefes

¿Los otros jefes no hacen bien su trabajo? A menos que su desempeño afecte directamente tu trabajo, no te corresponde gritarlo a los cuatro vientos. Esta actitud denota prepotencia y falta de madurez. ¿Y qué no las principales cualidades de todo líder deben ser humildad y responsabilidad?

6. No involucrarse en los procesos de su equipo

Cuidado: no confundas “confiar plenamente en el trabajo de tu equipo” con desentenderte de los procesos de trabajo. Como líder debes estar siempre pendiente de todo lo que sucede en tu área. Eso de dirigir desde las alturas, sin saber cómo se hacen las cosas desde abajo, es propio de un dictador, no de un líder auténtico.

 7. No motivar a sus empleados para que aprendan cosas nuevas

Un líder siempre debe impulsar a sus empleados a crecer en su profesión, y esto implica enseñarles cosas nuevas… o, por lo menos, no cerrarse al aprendizaje. Muchos jefes creen que sus empleados “ya saben lo suficiente”, y ni siquiera se molestan en incorporar nuevos aprendizajes.

8. Cerrarse a nuevas ideas "porque ya saben qué funciona"

¿Para qué aprender a usar las nuevas tecnologías si la máquina de escribir funciona perfectamente bien? Estando al frente de un equipo, es tu responsabilidad abrirte a los cambios e incorporarlos en tus procesos de trabajo.

9. Transmitir su negatividad y apatía al resto del equipo

No estás de acuerdo con las decisiones tomadas “desde arriba”, crees que tus jefes son unos ineptos, que nadie hace bien su trabajo y que, básicamente, todo se derrumba lentamente. No transmitas esta mentalidad negativa a tus empleados si no quieres que tengan los ánimos por los suelos. Lo que debes transmitirles siempre es seguridad, tranquilidad y confianza.

10. No trabajar

Suena familiar… ¿cierto? No son pocos los jefes que creen que ya “trabajaron lo suficiente” para “llegar hasta donde están”, y que ahora el “trabajo duro” les corresponde a otros. ¡Gran error! Si eres de los que se limitan a dar órdenes y no se ensucian las manos trabajando como sus empleados, tus habilidades profesionales seguramente dejan mucho que desear. Además, lo más probable es que tus empleados te maldigan en silencio.

 

https://www.weforum.org/es/agenda/2017/08/infografia-10-cosas-que-un-lider-no-debe-hacer?utm_content=buffer49ccf&utm_medium=social&utm_source=facebook.com&utm_campaign=buffer

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El Trabajo del Futuro: La Inteligencia Emocional

Disponer de una buena inteligencia emocional ayudará en el futuro a encontrar trabajo en un mundo en que los oficios técnicos irán, poco a poco, siendo fagocitados por la robótica. La perspectiva de un trasvase masivo de puestos de trabajo hacia las máquinas inquieta a quienes estudian el funcionamiento del mercado laboral. La solución se enmarca en el ámbito de lo que se denominan capacidades blandas, emocionales. Son «habilidades que la tecnología nunca va a dominar», como indicó, Vikas Pota, director ejecutivo de la Fundación Verkey. Y así se abre la puerta a una nueva veta de empleo.

Las habilidades blandas podrían reforzar, por un lado, trabajos ya existentes y, por otro, configurar nuevas modalidades de empleo. El trabajo emocional es aquel en el que los sentimientos integran las competencias de un profesional, tanto a la hora de gestionar equipos como de atender al público o de asistir a personas enfermas o dependientes. Se desarrolla en una doble dirección, se aplica para generar cierto estado anímico en el cliente (o paciente) y para gestionar inquietudes y malestares del propio trabajador.

La base es la empatía. La comprensión sincera del otro permitirá que, ante situaciones de conflicto, el profesional comprenda el fondo que levanta la indignación o turbación de una persona y pueda lidiar directamente con ese aspecto. También al contrario: si se abre un entendimiento, el cliente empatizará más fácilmente con el trabajador. Comprender las emociones ajenas supone comprender las necesidades de un individuo y humanizarlo.

Sin embargo, adquirir y, sobre todo, desplegar estas competencias exige un cambio radical en cómo se diseñan los puestos de trabajo. ¿La razón? Urgiría gastar mucho tiempo en aspectos intangibles y no medibles. Justo la orientación contraria a la que promueven las políticas actuales. Los dependientes de los comercios funcionan, cada vez más, como máquinas expendedoras. Ocurre en todos los sectores, incluso en grandes librerías que presumían del asesoramiento literario como marca de identidad. Se reduce el personal, se precarizan los contratos: se trabaja a destajo y se quiebra, en consecuencia, la interlocución sosegada entre cliente y el librero.

En un amplio artículo publicado en Aeon, la reportera Livia Gershon glosa a David Deming de la Universidad de Harvard: «Casi todo el crecimiento del empleo en Estados Unidos entre 1980 y 2012 estaba en el trabajo que requiere grados relativamente altos de habilidades sociales».

En el sector sanitario y de cuidados estas habilidades se tornan absolutamente insoslayables. Guadalupe Sánchez, de la Escuela Universitaria de Enfermería y Terapia Ocupacional de Terrassa, escribió una tesis titulada Las emociones en la práctica enfermera. «Si la relación interpersonal entre los enfermeros y el paciente no genera una conexión emocional, cuidar con una perspectiva integral es muy complicado: podemos cuidar la enfermedad, pero no a la persona, que es más que su cuerpo», explica a Yorokobu.

El trabajo emocional, según Sánchez, beneficia a la actividad sanitaria en diversas dimensiones. «Lo que más valora la gente es el tipo de trato que ha recibido del personal sanitario. Tenemos muchos problemas porque algunos tratamientos se inician y después se abandonan. Hay estudios que señalan que cuando los médicos o enfermeros conectamos emocionalmente, se producen menos casos de abandono precoz del tratamiento y, por tanto, menos recaídas», expone.

En su opinión, estos comportamientos contribuirían a desatascar las urgencias. «En el momento en que atiendes mejor a la gente y disminuye su nivel de estrés, ansiedad o miedo, posiblemente habrá menos interconsultas innecesarias en urgencias y centros de atención primaria. Un ejemplo: las urgencias pediátricas están abarrotadas de angustia de padres más que de patologías pediátricas». Llevar a cabo una buena asistencia emocional «es imposible sin tiempo, requiere mirar a los ojos, escuchar activamente, poder acompañar». Precisamente, la posesión que más anhela el personal sanitario es el tiempo.

¿Pero cómo repercutiría en las emociones de los profesionales? Los trabajadores, como sistema de protección, aplican la llamada distancia terapéutica. Con ella, se pretende evitar que los dramas personales del paciente les afecten negativamente. Para Sánchez, actualmente carecemos de herramientas para eliminar esta necesidad de abstracción y aprender a manejar las emociones. En tal caso, «la relación terapéutica sería bidireccional; también te ayudaría a crecer como persona y como profesional».

Liva Gershon expone la necesidad de «alejarnos de nuestro singular enfoque en el rendimiento académico como el camino hacia el éxito» a la hora de sopesar las nuevas alternativas que surgirán en el mercado laboral en el terreno emocional en su artículo The future is emotional. No se refiere a tareas que haya que inventar, sino que están invisibilizadas.

Fuente: http://bit.ly/2g1UBqY

 

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